Hacia el año 1800, la Argentina formaba parte del Virreinato del Río de la Plata.
En ese entonces era colonia de España.
En estas tierras gobernaba un virrey en nombre del rey de España. Había mucha gente rica, caballeros y damas que se vestían de forma muy elegante. Pero también había gente pobre, vendedores ambulantes y esclavos.
En el año 1810, España estaba en guerra con Francia. Los franceses hicieron prisionero al rey de España. Entonces, los criollos de estas tierras del Río de la Plata pensaron que era la oportunidad de ocupar el gobierno porque sabían que podían gobernarse solos. Querían ser libres de España.
Luego de varias reuniones secretas y de sostener discusiones con los españoles, en mayo de 1810, los criollos exigieron la renuncia del virrey. El virrey Cisneros decidió que se juntarían en el cabildo para decidir lo que se iba a hacer, la reunión iba a ser el día 25 de Mayo.
En aquel 25 de Mayo de 1810 muchos vecinos de la ciudad de Buenos Aires se acercaron a la Plaza y se juntaron frente al Cabildo, no querían perderse nada de lo que iba a ocurrir. El tiempo comenzó a pasar en aquella mañana de Mayo. Primero comenzó a escucharse el murmullo de los presentes, luego voces más fuertes y después las personas en voz alta decían: “¡Queremos saber de qué se trata! ¡Queremos saber!”
De pronto se abrió el balcón central del cabildo y una voz anunció la formación de un nuevo gobierno patrio, formado por varios criollos y sólo por dos españoles. Ése fue el comienzo de una revolución, es decir, un tiempo de cambios profundos para la sociedad colonial.
Hoy han pasado casi 200 años y Argentina ya no es una colonia, sino que se organiza como República y se gobierna en nombre de los ciudadanos, según lo establece la Constitución Nacional.
Nosotros podemos aprender que se puede ser libre, siempre y en cada momento de nuestras vidas.
El derecho a la libertad que hemos recibido como herencia de los patriotas de mayo, lo podemos poner en práctica, queriendo a nuestro país y defendiéndolo.
INVENTAMOS PREGONES
Empanadas recién hechitas
sí señora, que ricas son
de cantimpalo, de cebolla y de queso con jamón.
(Manu García)
Velas, velitas
velones
para dar luz
a los corazones.
(Manu García)
Velas, velitas
para alumbrar las callecitas.
Velas, velitas
para todas las abuelitas.
(Marcos Nuesch)
No hay comentarios:
Publicar un comentario